domingo, 21 de noviembre de 2010

Tipos de narrador

Modelo elegido:Todorov.

Narrador que sabe más:

“Después le volvió la alegría del ascenso, oyó a Delia repetir la receta del
licor de té, del licor de rosa... Hundió los dedos en la caja y comió dos,
tres bombones seguidos. Delia se sonreía como burlándose. Él se imaginaba
cosas, y fue temerosamente feliz. “El tercer novio”, pensó raramente.
“Decirle así: su tercer novio, pero vivo”.”
Julio Cortazar. Circe.

“Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera
molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano
izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los
últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las
imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida.
Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que
lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el
terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la
mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los
robles.”
Julio Cortazar. Continuidad de los parques.

Narrador que sabe menos:

“En un ejemplar del primer volumen de las *Mil y una noches *(Londres, 1840)
de Lane, que me consiguió mi querido amigo Paulino Keins, descubrimos el
manuscrito que ahora traduciré al castellano. La esmerada caligrafía -arte
que las máquinas de escribir nos están enseñando a perder- sugiere que fue
redactado por esa misma fecha. Lane prodigó, según se sabe, las extensas
notas explicativas.;”.
Jorge Luis Borges. El informe de Brodie.

“Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros
días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y
magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los
varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se
perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son
operaciones propias de Dios y no de los hombres.”
Jorge Luis Borges.Los dos reyes y los dos laberintos.


Narrador que sabe lo mismo:

“    La enfermera de la tarde se llama la señorita Cora, se lo pregunté a la
enfermera chiquita cuando me trajo el almuerzo; me dieron muy poco de comer
y de nuevo pastillas verdes y unas gotas con gusto a menta; me parece que
esas gotas hacen dormir porque se me caían las revistas de la mano y de
golpe estaba soñando con el colegio y que íbamos a un picnic con las chicas
del normal como el año pasado y bailábamos a la orilla de la pileta, era muy
divertido.”.
Julio Cortazar. Señorita Cora.

“A curarse. No escribiré el final de lo que había pensado en el concierto.
Anoche la sentí sufrir otra vez. Sé que allá me estarán pegando de nuevo. No
puedo evitar saberlo, pero basta de crónica. Si me hubiese limitado a dejar
constancia de eso por gusto, por desahogo... Era peor, un deseo de conocer
al ir releyendo; de encontrar claves en cada palabra tirada al papel después
de tantas noches. Como cuando pensé la plaza, el río roto y los ruidos, y
después... Pero no lo escribo, no lo escribiré ya nunca.”.
Julio Cortazar. Lejana.



Narrador que sabe más:

Un día a Lorenzo, un bichito de luz, se le quemó la lamparita con la cual
iluminaba sus noches. Así  que, un tanto triste por la pérdida, se
dirigió hacia una ferretería cercana a comprar otra.

El ferretero, al escuchar el pedido, se puso un tanto nervioso y le
lanzó una mirada cómplice al bichito y, por dentro, pensó si de verdad el
cliente quería conseguir las lamparitas que él traficaba de manera ilegal.
Lorenzo, sin embargo, no logró interpretar el significado de aquella mirada.
El ferretero le indicó que se dirigiera con él hacia el fondo del local,
donde había una pequeña puertita.

Lorenzo se asombró de que lo llevara para ese lugar, pero igualmente lo
acompañó.

Al abrir la puerta se vio un enorme galpón, lleno de lamparitas de luz. En
ese preciso momento Lorenzo se dio cuenta de que el ferretero pertenecía al
mercado negro de bombillas de bichitos de luz.

Narrador que sabe lo mismo:

Un día amanecí con dolor de cabeza, y no lograba entender por qué motivo me
dolía. Hasta que descubrí una enorme desgracia, que me entristeció mucho: mi
lamparita se había quemado. Eso es lo peor que le puede pasar a un bichito
de luz como yo.

Apurado, ante la vergüenza de no tener luz, me dirigí hacia la ferretería de
mi barrio. Desde un principio, en cuanto le hice el pedido,  el ferretero
que me atendió  se comportó de manera muy extraña. Me miraba raro y parecía
que ocultaba algo. Sin embargo, lo acompañé cuando me pidió  que fuera con
él al fondo del local. Llegamos a una puerta de pequeñas dimensiones. Desde
allí, ningún otro cliente podía vernos.

En ese momento fue cuando el ferretero abrió la puerta, y dejó ver un gran
galpón, con muchísimos estantes llenos de bombillas de luz diminutas, aptas
para nosotros. Es así como me di cuenta que el ferretero pertenecía al
mercado negro de lamparitas.

Narrador que sabe menos:

Un día me sucedió algo muy extraño. Estaba en una ferretería comprando cosas
para el trabajo, cuando entró  un bichito de luz, al cual se le había
quemado su lamparita, a pedir otra. El ferretero se comportó con dicho
cliente de manera muy extraña, y lo llevó hacia el fondo del local, en donde
se pierden de vista. Luego de unos minutos, el bichito sale de la ferretería
sin decir ni una palabra más. Yo sostengo la teoría de que el ferretero
vende droga.

Conclusión:
Es  un factor muy importante e influyente en el desarrollo de la historia el
tipo de narrador que la cuenta. En este ejemplo, el narrador que hubiéramos
elegido en caso de tener que narrarla de una sola manera, sería el que sabe
lo mismo, ya que mantiene al lector expectante, esperando entender cuál es
el misterio que oculta el ferretero. En el primer caso, sin embargo, se
detallan demasiados datos, que le quitan interés del lector por la obra. En
el último caso, el narrador no sabe lo suficiente como para que logremos
entender el sentido de la historia.
De todas maneras, depende de la historia y de otros factores, el tipo de
narrador que se elija, ya que todos pueden resultar adecuados de una u otra
manera.

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